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Mi hijo tiene problemas de interacción social

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Hacer amigos con facilidad y lograr que las relaciones perduren, ser capaces de interactuar sin parecer inadecuados, tener el poder de convocatoria necesario para organizar una fiesta y que todos deseen asistir y lograr lidiar en forma exitosa con lo que no nos gusta de los demás, son habilidades con las que -aunque parezca exagerado-, muchas personas no cuentan en su repertorio de destrezas; hay algunas personas para las que acercarse a un nuevo compañero y presentarse supone una tarea poco más que desgastante y difícil de asumir.

El ser humano es un ser social por naturaleza, estamos diseñados para vivir en grupos, para apoyarnos y para compartir los buenos y malos ratos que la vida nos presenta; por esta razón, la dificultad para socializar, es una de las situaciones que más puede limitar el desarrollo integral de una persona, reducir su campo de acción, y causar graves daños a su autoimagen sobre todo si se trata de un niño o un adolescente.

¿Qué sucede cuando un estudiante presenta dificultades de interacción social?

Cuando se presentan en un niño o adolescente dificultades para relacionarse, la lista de problemas que suelen generarse afecta al estudiante en todos los sentidos y no solo en los aspectos sociales; un niño que no consigue generarse a sí mismo un entorno social de aceptación y de sanas interacciones tendrá para comenzar, serias dificultades académicas en muchos de los casos, ya que el hecho de sentirse solo y de intentar ganar amigos sin éxito, le generará un desgaste que no le permitirá centrarse adecuadamente en sus estudios.

Por otro lado, la imagen que construirá de sí mismo será pobre y degenerará en una baja autoestima dado que acumulará numerosas experiencias de rechazo por parte de sus compañeros que reforzarán en él la creencia de que no es alguien con quien resulta “atractivo” compartir.

El rechazo es casi siempre uno de los más tristes escenarios en los que estos estudiantes se desenvuelven; sin embargo, con una adecuada terapia y guía profesional, es absolutamente posible ayudar a estos niños a desarrollar las habilidades sociales requeridas para lograr adaptarse e integrarse a su entorno social.

¿Qué conductas o características pueden observarse en un estudiante con dificultades en la interacción social?

Aquellos estudiantes con dificultades para relacionarse, pueden exhibir toda una serie de características que incluso en apariencia, no estén relacionadas con aspectos sociales; suelen por ejemplo ser hipersensibles ante ciertos estímulos como el mucho ruido, ciertos olores, e incluso ser hipersensibles al contacto físico; con frecuencia perciben los estímulos del entorno con mayor intensidad por lo que son menos tolerantes y por tanto mucho más irritables ante ciertas cosas que el común de las personas.

La baja tolerancia a la frustración puede ser algo que caracterice a estos niños o adolescentes, la tendencia a tener un “estallido” cuando algo no sale como ellos esperan o cuando no se les complace, les hará iniciar crisis frecuentes de llanto o ráfagas de quejas y reclamos que hacen que los demás tiendan a alejarse.

El aspecto central que define a estos estudiantes, es la dificultad para comportarse adecuadamente en situaciones sociales; presentarán una marcada tendencia a los extremos: o hablan demasiado o no hablan del todo; o se acercan demasiado a los demás, o se mantienen muy lejanos; o son muy sumisos o muy impositivos; o son muy posesivos con sus cosas, o muy ingenuos e inocentes y ceden con mucha facilidad. Pueden ser niños que insistan en hacer que todos jueguen solamente a lo que ellos quieren, y que hablen solo de los temas que a ellos mismos les interesan sin darse cuenta de que esto cansa y aburre a sus pares; pueden además tender al insulto e incluso a los golpes. Con más frecuencia de la que creemos, estos estudiantes se quejan de no tener amigos aunque esto no sea evidente a simple vista para sus padres y maestros.

Lo más importante es tener claro, que un problema de interacción social no se limita a la conducta de aislamiento, una persona puede ser muy “sociable” y tener problemas de interacción , por ejemplo: tan inadecuado es aislarse, como pensar que todas las personas que nos rodean son confiables y pueden ser amigos cercanos.

¿Qué aspectos deben ser contemplados en el aprendizaje social?

Al pretender desarrollar habilidades para la interacción en un estudiante, que le permitan gestionar sanas relaciones, es fundamental tener presente el papel de la familia en el proceso, ya que los encargados del niño o adolescente deberán ser quienes le apoyen en todo momento, no solamente con su comprensión y paciencia, sino además, dando las pautas para que este sepa cuáles actitudes son socialmente aceptadas y cuáles no; por supuesto que no se trata de forzarle a dejar de ser auténtico, pero sí de impulsarlo a tomar consciencia de cómo todas nuestras conductas afectan a los demás, y de cómo estas tienen consecuencias en la forma en que los demás nos tratan.

En primer lugar debe trabajarse para desarrollar un buen nivel de “Consciencia emocional” que le permita identificar las emociones y sus distintas formas de expresión no solamente en ellos sino en sus compañeros. Esta habilidad le permite a la persona anticiparse y saber por ejemplo, que tan bien recibida o no será una determinada broma, o que tan inadecuado o no puede resultar un comentario para los demás. Conocer las emociones hará que el niño o adolescente sea además, capaz de poner límites en el momento oportuno y de la manera correcta, ya que relacionarse sanamente no se trata de aceptarlo todo sin importar cómo nos haga sentir solamente para pertenecer a un grupo.

Adicionalmente, debe estimularse el desarrollo de una buena “Autogeneración emocional”, que ayude al estudiante a generarse sus propias emociones y a tener seguridad en sí mismo aún cuando las cosas no vayan tan bien como este espera. Esta habilidad ayuda a que su autoestima se mantenga fuerte porque será consciente de sus fortalezas muy a pesar de sus debilidades.

Finalmente, la adecuada inserción en su entorno social se producirá cuando el estudiante sea capaz de reconocer y de respetar las normas y acuerdos sociales básicos para una armoniosa convivencia como por ejemplo, que no es bien visto usar las cosas de los demás sin permiso, o estar señalando en todo momento las fallas del resto de los compañeros.

Sola en una convivencia armónica el ser humano es capaz de fluir sin obstaculizar el camino de nadie y sobre todo, sin obstaculizar su propio recorrido hacia el éxito integral; si nos relacionamos bien con nuestro entorno, tendremos más oportunidades y nos sentiremos plenos y felices; recuerde que la interacción social de calidad determina la felicidad de su hijo y no solamente su buen rendimiento o el hecho de que saque buenas calificaciones.

Busque ayuda, recuerde que la intervención temprana resuelve y compensa más fácilmente este tipo de dificultades.

M.Sc. Marta Chávez.

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