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A mi hijo le cuesta estudiar y no retiene la información

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Cuando aún con todos los esfuerzos, no se obtienen buenos resultados.

¿Cuántas veces su hijo no consiguió el éxito académico a pesar de las largas jornadas de estudio?, ¿Cuántas veces se sintieron usted y su hijo, abrumados por el inicio del año escolar?

El éxito académico es una de las formas con las que cuenta un niño o adolescente para sobresalir y enorgullecer a sus padres; las buenas calificaciones potencian la imagen de alguien capaz y con recursos internos para lograr sus metas; ¿qué pasa entonces con un estudiante que no cuenta con las herramientas básicas para triunfar en sus estudios?, ¿con qué se queda este estudiante? , ¿de qué manera logra elevar su autoestima y llenar las expectativas no solo de padres y maestros sino la suya propia?

Alcanzar una “buena calificación”, ayuda a la mayoría a fortalecer su autoimagen y a construir una autoestima que le permita ir adelante ante los múltiples obstáculos que la vida le irá presentando a lo largo del camino; es por esto, que el fracaso escolar puede resultar realmente devastador para cualquiera, especialmente si se trata de una persona que aún está en desarrollo como sucede con niños y adolescentes.

Así como el estereotipo de belleza exige que una persona tenga abdomen marcado y no exceda las medidas de un modelo de revista, el estereotipo de “inteligencia”, necesariamente determina que todo estudiante debería rendir de manera perfecta en lo académico, obteniendo las mejores calificaciones siempre y de este modo, los aplausos de “su público”. Así como las medidas supuestamente “perfectas” para un cuerpo femenino son 90 – 60 – 90, el estudiante “exitoso”, debería contar con un CI (Coeficiente intelectual), nunca inferior a 120 considerando que el promedio de personas tiene un CI de 100.

Pero resulta, que así como la “realidad corporal”, “defrauda” a los amantes de los estereotipos, lo relacionado con el rendimiento académico también nos da también tremendas sorpresas.

Ni un cuerpo femenino que no tenga las medidas “perfectas” (por cierto impuestas por la sociedad), es desagradable, ni un estudiante que fracase en las pruebas académicas carece de capacidad intelectual; en más casos de los que podemos imaginar, lo que sucede es que el estudiante encuentra en su proceso de aprendizaje, un “obstáculo” en el camino denominado “Problema de aprendizaje” porque quizá su cerebro simplemente aprende de manera diferente, pero la educación, no está lo suficientemente personalizada como para abordar de manera exitosa las distintas formas en las que una persona aprende.

A este respecto, “Richard Haier”, importante neurocientífico, afirma que: Lo que te hace inteligente, no es la intensidad con la que trabaja tu cerebro sino la eficiencia de su funcionamiento y que sería importante preguntarse de cuántas maneras distintas puede organizarse un cerebro para la inteligencia.

Desde este punto de vista, es necesario considerar que con mucha frecuencia, los cerebros procesan la información de manera distinta a la que se espera dentro del sistema educativo y cuando un estudiante no cuenta con las mismas habilidades que la mayoría, entonces será considerado como “poco inteligente”.

¿Qué impide que alguien triunfe académicamente a pesar de ser inteligente?

No puede negarse que existen casos en los que ciertamente se da un bajo CI o “Coeficiente Intelectual”, sin embargo, una persona puede ser inteligente y aún así, no aprender de la manera esperada.

Para comprender esto, es necesario conocer de la existencia de las “habilidades cognitivas”, que son una especie de “puente” que nos conduce al aprendizaje. Entre las habilidades cognitivas más importantes para apoyar un aprendizaje podemos citar la memoria y la atención, cuando estas se encuentran afectadas, puede resultar casi imposible retener la información que se requiere para salir bien en un examen y esto no significa en lo absoluto que no se tenga la capacidad para aprender algo.

Pensemos en nosotros mismos, tratando de retener la información de un artículo o libro que estamos leyendo, pero con nuestra mente enfocada en la resolución de algún problema por el que estamos atravesando; claramente nos perderemos de un buen porcentaje de la información contenida en el texto y si nos evalúan mediante un examen, es probable que obtendremos una baja calificación lo cual no querría decir que tenemos un “bajo” Coeficiente Intelectual.

Y como el anterior, podría citar decenas de ejemplos de situaciones en las que el bajo resultado obtenido por un estudiante en una práctica o prueba, no es un fiel reflejo de sus capacidades.

Los problemas de aprendizaje, un obstáculo en el camino.

Los problemas de aprendizaje, obstaculizan la adquisición de contenidos y destrezas. Continuando con el ejemplo anterior, una dificultad crónica para concentrarse, es en sí misma un problema de aprendizaje; la dificultad de un niño para sostener correctamente el lápiz es un problema de aprendizaje; la tendencia a entender de manera distinta el planteamiento de una pregunta, es otro problema de aprendizaje; y así como estos existen muchos y en todas las áreas: lectura, escritura, cálculo matemático y comprensión; y nada de esto, implica la existencia de un bajo CI.

Un problema de aprendizaje, debe ser visto y manejado como algo que aparece en el recorrido hacia la absorción de aprendizajes y que debemos saber resolver, compensar, e incluso esquivar para poder llegar a la meta y lograr el éxito académico.

Cuando un estudiante muestra , apatía, angustia y rechazo hacia el estudio, existe siempre una muy alta probabilidad de que tenga un problema de aprendizaje que de no ser detectado y tratado oportunamente, puede terminar lesionando severamente la autoestima de quien lo padece, confirmando en el niño o adolescente, la falsa creencia de que no es capaz y colocándolo frente al fracaso una y otra vez.

La alentadora noticia, es que todo esto puede ser evitado detectando a tiempo el problema específico que el estudiante esté presentando; la forma de hacerlo, es mediante un método conocido como: “Estudio Psicopedagógico”, que permitirá explorar con profundidad las situaciones que pueden estar impidiendo ese deseado éxito académico al que todos tenemos derecho y con el que todo estudiante sueña (por muy rebelde que parezca).

Por ello es importante no dejar pasar el tiempo, perder el temor, enfrentar la situación y dar paso a las acciones que conducirán al alcance de las metas del proceso de enseñanza aprendizaje; las posibilidades de nuestro cerebro, para aprender siguiendo distintos caminos son asombrosas, busque ayuda a tiempo y haga que su hijo disfrute de la maravillosa experiencia de aprender.

M.Sc Marta Chávez

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